Este personaje, creador de La Taquilla, llego a ella mediante un proceso complejo de autoevaluación: se intoxicó con unos camarones en La Viga y en su mal viaje vió a Ultraman diciéndole: donde encuentres un águila devorando una serpiente encima de un nopal, fundarás un programa de radio. Franco encontró al águila devorando a la serpiente esa misma noche, sobre el bote de la ropa sucia de su baño, y ahi mismo fundó La Taquilla. Por ello, el programa tiene ambiente de inodoro.
Franco ha escrito en cuanta publicación se le ha pegado la gana, ha hecho tele, y ganó el concurso "Una noche con Don Emilio Azcárraga y Pompín Iglesias", patrocinado por Condones El Payaso (los que si aguantan el chingadazo). Además, es miembro fudador de los fundamentalistas del Islamota, una secta de pachecos en la que el único que no se droga es él. Se aburre profundamente, pero sigue como líder porque siempre ha sido el conductor designado.
La Taquilla, a casi cuatro años de haber sido creada, es su principal fuente de manutención. Si no existiera, Franco se vería en la necesidad de volver a vender chicle bola en las iglesias para tener un mendrugo de pan que llevarse a la boca.
Esta es su historia... Esta su verdad.
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